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COMPOST GENERADO:

5 prácticas para promover el consumo responsable

Tanto la producción como el consumo tienen un enorme impacto en el planeta y en las personas. Afortunadamente, existen cada vez más alternativas para que podamos cumplir con las demandas de vivir en sociedad, sin dañar al ambiente ni perjudicar a las comunidades. Empieza a ser cada vez más frecuente la aparición de productos y marcas que responden a los principios de la economía circular y que nos permiten incorporar nuevas formas de consumo.

Para quienes ya son conscientes de la necesidad de vivir de manera más sustentable y del impacto que esto conlleva en el planeta, les puede ser más simple reconocer qué hábitos o prácticas incorporar a su día a día, pero para quienes recién están comenzando su camino en el mundo sustentable, quizás les resulte más difícil visualizar por dónde empezar.

Por eso, te compartimos 5 prácticas que podés empezar a incorporar hoy para promover el consumo responsable:

1. Planificar las compras:

Una de las maneras más simples de evitar generar residuos de más es reduciendo nuestro consumo. Planificar las compras nos permite saber concretamente qué necesitamos adquirir y evita que compremos productos extra que probablemente caduquen en una alacena o estante. Además, al planificar qué necesitamos, también podemos prever dónde podemos comprarlo y elegir alternativas que sean más sustentables.

2. Aprende a leer las etiquetas

No todos los productos tienen el mismo impacto, ni en su producción, uso y residuo. Las etiquetas son grandes aliadas para comenzar a comprender los procesos de producción de aquello que queremos comprar. Si un producto está certificado en Comercio Justo o es Orgánico, por ejemplo, podemos saber que la manera en que fue realizado bajo ciertas prácticas y normativas que son beneficiosas para el planeta y en muchos casos, para las personas también. Desde alimentos hasta artefactos electrónicos y eléctricos, de los cuales podemos conocer su eficiencia energética, podemos elegir mejores opciones.

3. Comprar productos locales 

¿Por qué comprar algo que viajó cientos de kilómetros cuando podemos comprar algo que se hizo en las cercanías? Al consumir local reducimos la huella de carbono. Todo lo que consumimos tiene una huella calculable según su proceso de producción, transporte, distribución y residuos que genera luego de su uso. Cuando compramos local, no sólo disminuimos la huella de carbono, sino que también apoyamos al desarrollo de emprendimientos y empresas locales.

4. Reutilizar y reciclar

Si hay productos que no necesitan estar empaquetados, mejor comprarlos sin packaging, como en el caso de las frutas y verduras. ¿Para qué comprar un paquete de bananas envueltas en papel film cuando su packaging natural es excelente?. Si no es posible, podés comprar productos sueltos y llevar tus frascos o tuppers, o comprar con envases que se puedan reutilizar (vidrio), que sean compostables o reciclables. Puedes buscar en el packaging indicaciones que te digan si ese producto es reciclable o no.

5. Movilidad sustentable

Es sabido que el transporte automovilístico es responsable en gran medida de la contaminación aérea y de la extracción de combustibles fósiles. Al trasladarte en transporte público, en bicicleta o caminando contribuís a reducir el consumo de combustibles fósiles. Además, puedes aprovechar la ocasión para tomar aire fresco y hacer un poco de ejercicio.

Existen muchas maneras de ser un consumidor responsable. Lo importante no es que seamos perfectos consumidores responsables, sino que seamos imperfectos aprendices dispuestos a incorporar cada vez nuevos hábitos y prácticas que sean beneficiosas para el planeta y para las personas. Cuidar la Tierra depende de todos y todos podemos ser parte del cambio.

¿Qué otras prácticas incorporaste a tu día a día para ser un consumidor responsable?