Cómo afectan los plásticos a los acuíferos?

La semana pasada fue el Día Mundial de los Océanos, y queremos aprovechar la fecha para hablar de la contaminación en los acuíferos generada por desechos plásticos.

Se calcula que por segundo se tiran más de 200 kilos de plástico fósil a mares y océanos. El 70% va al fondo marino, mientras que el 15% restante queda flotando. Y si bien no hay un número preciso, las estimaciones indican que, por año, los océanos reciben 12,7 millones de toneladas de plástico.

El consumo excesivo de plásticos no solo contamina las costas sino que también afecta directamente a la fauna que habita cada cuerpo de agua. Los animales se enredan en nuestros residuos, los confunden por comida y se intoxican con ellos.

Pero incluso si todos estos datos no fuesen suficientes para hacernos tomar consciencia del enorme daño que trae la contaminación a los ríos, mares y océanos, los desechos marinos también afectan directamente a nuestras actividades económicas. Esto ocurre ya que, al contaminarse los cuerpos de agua, los sectores cuya producción depende de los mismos se ven automáticamente arruinados. Así, muchos comerciantes y productores locales ven reducidas sus capacidades de negocio. 

El agua es la fuente de la vida. No solo de la nuestra: de la vida como un todo; como un ciclo, en el que sus elementos se encuentran concatenados y unidos entre sí. Si atentamos contra el agua, estamos atentando también contra la tierra, los alimentos, y contra nosotros mismos. Muchas veces, cometemos el error de pensar la contaminación como un hito aislado, sin concebir que todo aquello que desechamos indiscriminadamente pasa a formar parte de una cadena cada vez más difícil de frenar. 

Contaminar de esta manera reduce nuestra posibilidad de acceder a un recurso invaluable como es el agua pura, fresca y libre de polímeros derivados del microplástico. Ya son muchos los estudios que muestran que los microplásticos logran integrarse al aire, el agua y el entorno, volviéndose un material que ingerimos y respiramos día a día. 

Si seguimos por este camino de contaminación indiscriminada, vamos a llegar al punto en el que el daño se vuelva irreparable. No solo dañaríamos por completo los ecosistemas marinos en su totalidad, aniquilando la vida de millones de especies, sino que también pondríamos en riesgo a la nuestra. 

Es momento de tomar consciencia y dejar de dar por sentado al planeta. Mediante acciones tan simples como reducir el consumo de plásticos y reemplazarlos por objetos sustentables perdurables, estamos logrando una diferencia. 

Nuestras acciones importan porque tienen consecuencias. Y tenemos el poder de decidir si esas consecuencias serán positivas o negativas. 

¡Animate a reflexionar y decidir el impacto que querés generar en esta Tierra!